domingo, 7 de enero de 2018

TODO UN MUNDO POR DESCUBRIR

Escribí el otro día una serie de preguntas, cada una en un trocito de papel y las introduje en una pequeña caja. Ayer, día de Reyes, les pedí a los miembros de mi familia que estaban presentes que escogieran uno de los papelitos de la caja y contestaran a la pregunta que verían escrita en él.
 -¿Si te encontraras con un elfo en el bosque, a quién se lo presentarías?
-¿Si estuvieras en la cima de una montaña muy alta, qué cantarías?
-Dicen que solo posees aquello que no puedes perder en un naufragio, ¿qué posees tú?
-¿Si estuvieras en una cueva muy profunda, qué cualidad tendrías?.
-¿A qué escena de la infancia regresarías durante un instante?
-Si vivieras en un ático en Nueva York, qué instrumento tocarías?
-En un mundo paralelo, ¿quién eres?
-¿Nos cuentas tu vida en un minuto?...
Pablo me presentó a su elfo comentando que íbamos a llevarnos de maravilla, y nos contó en un minuto, entre otras cosas, que en su infancia había mucha gente todo el tiempo y era divertido, Marta  cantó a voz en grito una estrofa de "Sobreviviré" de Mónica Naranjo, yo recordé un bello instante de mi niñez y les comenté que esa niña había venido para quedarse, alguien improvisó un emotivo naufragio, mi hermano se convirtió en luciérnaga para salir de la cueva, Kat nos contó una historia en un idioma inventado que sonaba medio japonés, medio sánscrito y también que en un mundo paralelo sería cantante, artesana y feliz, otro escenificó cómo tocaría unos timbales en Nueva York para conectar con el latido de la ciudad... y yo supe una vez más que he venido a este mundo a contar y escuchar cuentos, a instalarme de nuevo en el universo de Bugs Bunny e invitar a visitarme a todo aquél que quiera sorprenderse a sí mismo consigo mismo.