domingo, 15 de febrero de 2015

¡AY, EL AMOR!

Va pasando la vida y a veces amo. Y si coincide que es fiesta, lo celebro.
Me da por amar un rincón de mi casa. O Puede que las manos de un pianista llamado Ludovico Enauldi. ¡Qué pena!, no es suficiente.
Amo a continuación la estela de la última caricia recibida. Eso está bien, pero tampoco es suficiente. Amo la posibilidad de ser feliz teniendo más de algo.
Y es mucho menos que suficiente.
Lo que está fuera no me pertenece. Los sentimientos, la mente, son externos, aunque nadie lo crea. Por qué lo supe, es lo de menos.
Lo más íntimo no siente ni padece. Si me abandonases seguiría a mi lado. Si dejases de amarme, celebraría mi absoluta presencia, sufriente o gozosa,¡qué más da!, todo pasa.
Más allá del dolor, estoy. El final del arco iris siempre fui yo. No me encontraba por mucho que me buscase y estaba ahí... ¡tan cerca!
Amarme a mí, ¡toda una proeza!