jueves, 23 de mayo de 2013

La plasticidad del cerebro humano

El martes por primera vez hablé en público sobre la conciencia y el ser, nombré a San Agustín, a San Juan de la Cruz, a Buda y a Lao Tsé, traté de mostrar cómo penetrar en el misterio de la vida y les hablé también de los nuevos estudios científicos sobre la plasticidad del cerebro y su capacidad para contrarrestar los pensamientos negativos. Y un poquito después te acompañé durante unas horas en un viaje por el inconsciente, atravesamos tú y yo las tinieblas de tu mente y se me debió quedar algo de oscuridad en el alma porque esta madrugada me desperté de repente, muy asustada, y tuve que hacer uso de todas las herramientas disponibles para salir de un espacio tenebroso...lo conseguí al cabo de unos minutos, utilizando la sonrisa interior de cariño, el Ho´oponopono y una serie de afirmaciones positivas. Es interesante utilizarse a uno mismo como cobaya de laboratorio y testificar con gran asombro que es verdad lo que propone la neurociencia por medio de sus estudios con resonancia magnética o emisión de positrones, el cerebro humano puede desprogramarse utilizando los medios adecuados y aunque pueda parecer un proceso agotador, estoy en condiciones de asegurar que lo que verdaderamente resulta extenuante es la carga de material nocivo que uno, de forma inconsciente, va acumulando en el interior de la mente.
Entro en el trabajo, saludo y la conserje se acerca a mí, al cabo de unos segundos: Nieves, hoy no sonríes y eso me pone triste...Gracias, Encarna, por recordármelo, ya debía estar yo pensando en lo que no debía...
Cuando a mí se me olvida, me envían a algún amable ser que me recuerda que no debo permitirme perder ni un solo segundo de mi vida enredada en la pena o el desaliento (emociones creadas en una zona del hemisferio izquierdo, cerca del córtex prefrontal) ya que se me concede la oportunidad de contar con la plasticidad de un cerebro que me permite desarrollar nuevas habilidades para contrarrestar la innecesaria, estéril, vana e inútil tendencia al sufrimiento.