jueves, 20 de abril de 2017

Enamorarse de una vez...

Mientras mi mente procesa la información que recibe, deposita las impresiones, decide, juzga, discrimina y cree saber...Mientras, gracias a ella, mi cuerpo continúa su labor de homeostasis tratando de recuperar el equilibrio dinámico mediante una red de sistemas de control, por medio de sensores, integradores, puntos de ajuste, efectores, retroalimentación positiva, retroalimentación negativa... Yo voy a ver si me enamoro. Esta vez de mí.
¿Mí?... ¿qué es mí? Para poder conocerlo he de adentrarme en algo ignorado.
Enamorarse es eso: pasión por descubrir lo desconocido.
Me introduzco en lo que no creo ser y descubro que soy y eres ese campo vibrante en el que suceden  las cosas; pequeñas y grandes. Incluídos Nieves Mesón y tú. Allí solo hay vibración, vivacidad y asombro. ¡Y no hay niños ni mascotas! entonces, ¿cómo puede ser?... no es conocido, ¿recuerdas?, ¿estás tratando de entenderlo o imaginarlo?, bueno, déjalo para otro día, de verdad, no te molestes, la mente no conoce esa frecuencia, no la utilices para esto. Para enamorarte no puedes utilizar la mente.
No creas saber porque no sabes. No recuerdes. No compares.
¿Cómo se es vivacidad? Lo supiste, solo tienes que olvidar todo lo demás.
Volver a ser VIVACIDAD... vamos, vamos... lo estás deseando.