jueves, 26 de noviembre de 2015

DOS PUERTAS

Hay dos puertas por las que llego hasta mí.
Una de ellas me conduce hasta este organismo animado que parezco ser yo: un ente que razona, memoriza, cataloga, sintetiza, recuerda, juzga, enumera...
La otra me transporta hacia...¿el misterio?
Cuando atravieso la segunda, no peso, no mido, no contamino, no me desgasto...
En ese lugar no me conozco, esto es lo más emocionante.
¿Tres cervezas y estás dentro?
¡Qué va!
¿Con marihuana?
Tampoco.
¿Éxtasis, cocaína?
¡Qué no!, no insistas.
¿Cómo explicarlo? :
Aquí el dolor está, pero no duele.
No hay noticias de nada ni de nadie. Todo está al lado de todo lo que ha habido y habrá.
El futuro se introduce de cuerpo entero en este instante y el interés por todo se relaja, tumbándose a reposar bajo una higuera.
Con cara de asombro y ciertamente emocionada decido que este es mi lugar, ¿cómo no lo habré descubierto antes?, pero me veo atravesando de nuevo la primera puerta. 
¿A dónde vas, triste de ti?, ¿por qué vuelves a los afanes y las pretensiones?
Aquí estoy otra vez, es verdad. 
Te pusiste muy seria.
¿Debería estar riéndome todo el tiempo?
Sí, por dentro.
No hay otra manera de descubrir el juego que juega la Conciencia.