viernes, 27 de mayo de 2016

MUERTE Y VIDA

La muerte llega de vez en cuando de visita. Salgo asustada a recibirla dudando si permitirle la entrada pero enseguida abre la puerta la vida, y me la mete en casa. Se ponen a charlar las dos, como viejas amigas.
Parece disfrutar la vida con este encuentro, yo no comprendo nada, ¿no son mortales enemigas?
Me siento frente a ellas, a escuchar.
La vida parece muy interesada en el discurso de la experta en aniquilación y yo no salgo de mi asombro al ver el cariño con que la mira. ¿Morirse no es lo peor?
Deseando estoy de que se vaya para preguntarle a mi confidente qué es lo que sabe acerca de la homicida.
Al fin parece que se despiden, pero con un "hasta pronto", parece que no me libro de esta incómoda presencia.
Me mira la vida a los ojos, después de cerrar la puerta. En ellos veo un horizonte que se va extendiendo sin límites.Veo a todos mis pensamientos, en conjunto, en el interior de una burbuja, alejándose hacia arriba. Veo un conocimiento que se despliega ante mí dispuesto a ser mi maestro. Veo al tiempo deslizarse por una rendija y me quedo colgada de este instante sin atisbo de futuro. Veo un infinito caudal de confianza que empieza a derramarse sobre mi cabeza. Veo un final y un principio, y otro final y otro empezar de nuevo... y no siento vértigo.
He visto todo aquello que se ve cuando se mira sin miedo.¡Es tan perfecto y tan bello!
Gracias vida. Gracias muerte.