martes, 10 de febrero de 2015

EL MISTERIO DEL AGUA

El agua es rara. Incolora, inodora e insípida. Esto se aprende en el colegio. Te acostumbras a beber con toda naturalidad ese peculiar líquido que puede convertirse en vapor, en nube o en niebla. La observas caer en forma de copos, escuchas el silencio que crea a su alrededor (la nieve recién caída absorbe el sonido), o la introduces, con aspecto de cubo, en una coca-cola.
Nos moja sin disolvernos. Nos ahoga- algunas veces- pero los que seguimos vivos no se lo tenemos en cuenta.
Ahora sabemos algo más. Dicen que contiene 28 partículas de materia y 28.000 millones de cuantos. Bebemos cuantos sin darnos cuenta.
Los cuantos son los paquetes de energía más pequeños que existen. No son cosas, son posibilidades. No son materia, son tendencias. El agua es una posibilidad. Por lo tanto, también nosotros, que portamos en nuestro interior 45 litros de este material acuoso, somos una bendita posibilidad.
Cuando fluimos, como el agua, son los cuantos los que crean tal adaptabilidad. No convivimos con ellos. Solo somos lo que ellos son.
El agua es incolora, inodora, insípida y cuántica.