sábado, 16 de abril de 2016

¿Quejarte o crear?

A una amiga que anda cansada y baja de moral, le escribía yo esta mañana: el aumento de horas de luz en primavera incrementa el nivel de energía y tenemos que saber qué hacer con ello.
Le propuse: haz algo diferente, sorprende, inventa, sal de la zona de confort, al universo le gustan los intrépidos.
A continuación me puse a pensar que estaba haciendo yo, ¿estaba inventando algo?, ¿me estaba sorprendiendo? lo que sí estaba haciendo era quejarme demasiado del trabajo y de los alumnos.
Una queja siempre conlleva una frustración oculta.
Estamos rodeados de frustrados.
¿Por qué me siento frustrada yo?, ¿me gustaría hacer algo distinto?, ¿por qué no lo hago?
Tal vez porque hacer algo nuevo y hacerlo bien requiere mucho esfuerzo. Es más cómodo quejarse.
Dicen que incluso la espontaneidad requiere mucha dedicación.
Por otra parte, mi profesor de guitarra comenta que la gente llama tener ángel en el toque de guitarra flamenca a lo que en realidad son diez horas de ensayo diario.
Hay que hacerle hueco a la verdad acerca de uno mismo.
¿Qué quiero hacer realmente? Nada me lo impide.
Definición de fluir: La persona se encuentra inmersa en el fluir cuando se halla completamente absorbida por una actividad durante la cual pierde la noción del tiempo y experimenta una enorme satisfacción.
¿Qué me hace fluir?
La pregunta por sí misma ya produjo un movimiento de energía dentro de mí.
Busqué en internet una clase de swing, me levanté del asiento y me puse a ensayar varios pasos de baile. A continuación decidí buscar una clase sencilla de chino y me encontré con chineasy, un método para aprender de forma divertida. Escribí-dibujé varias palabras en chino.
Abrí spotify y con los ojos cerrados escuché un dúo de violines. Leí un mail con una oferta que había recibido unos días antes y me apunté en un proyecto de innovación en educación.
El espacio de todas las posibilidades está aquí. Es ahora.
¿Qué es lo que realmente amas hacer?
¿Por qué no lo haces?
¿No tienes tiempo?
Ja, ja, ja... el tiempo no existe en el fluir.
En ese estado solo hay armonía, y cuando la actividad en la que uno se halla inmerso termina, la persona se siente más unida en su interior, pero también más unida con el resto del mundo.
Es primavera. La energía está disponible.
Puedes quejarte o crear.