martes, 21 de abril de 2015

AGOTADORA MENTE


Mi cansina mente trabaja sin descanso en mi contra. Me di cuenta de este hecho un cierto día, el mismo en el que descubrí que yo no era ella.
No soy mi mente, ¡qué increíble hallazgo!
Aún así, ella actúa como si fuera mi dueña. No hay cárcel que la contenga. He conseguido, sin embargo, mantenerla en  libertad vigilada, de este modo puedo observar sus movimientos. 
Es muy rápida, modifica sin cesar sus tácticas de ataque y juega a asustarme creando miedo. Hace listas de mis metas incumplidas. Desdeña mis éxitos.  Me compara y salgo bien o mal parada, siendo ambas circunstancias poco afortunadas. 
Me impide dormir si se empeña en hacer girar una y otra vez una idea dentro de mi cabeza. 
No conoce lo que hay detrás de las apariencias porque no es sabia. 
Me cuenta que me faltó lo que necesité y se empeña en hacerme correr tras ello. 
Si alguien me ama, se coloca en medio. 
Pero yo no soy ella, ¡qué maravilla!. 
Cierro los ojos, trato de buscarme sin esa herramienta y me hace gracia encontrarme, de repente, suspendida en la majestuosidad de un inmenso árbol dando sombra a nadie.
Vuelvo a indagar en lo que soy y ahora aparezco en  el interior de una diminuta célula, feliz sin saber que es muy pequeña.
Si vuelvo a intentarlo, me encuentro en otro Planeta que se pregunta si habrá vida en la Tierra.
También soy varias horas de esa amable tristeza que te permite descansar de tanto sucédaneo de alegría. Y una brisa que mueve varios pelos de tu cabeza.
O un gramo de colesterol que no desea engrosar tus arterias. Una partitura que nadie tocó jamás y vive en un cajón, satisfecha. El nido de una cigüeña sobre una antena de telefonía, sustentando la vida. El matiz de blanco que le faltaba a un cuadro. El más allá colándose en el sueño de varias personas buenas.
Mente pensante, puedo vivir sin ti, eres prescindible.
Aún así, sé que vas a seguir martilleando mi cabeza jajaja...