miércoles, 20 de noviembre de 2013

No me invites a jugar a Candy crush

Hace tiempo que tengo la sensación de que no tengo que perder el tiempo. Un físico cuántico me diría que el tiempo no puede perderse porque no existe, por lo tanto tendría yo que expresarme de otro modo, diría entonces que hay momentos que parecen estar llenos de un contenido que provoca en mí una sensación de satisfacción o serenidad o incluso plenitud, y otros que producen el efecto contrario, me vacían incluso de mí misma.
Me ocurre esto último cuando me invitan en facebook a probar cumpleaños, a jugar a Candy crush saga, o me piden que indique que me gusta the Backties... pero, ¿qué es eso?, ¿qué es the Backties?... no quiero jugar a Candy crush, no quiero probar cumpleaños, lo siento, Mark Elliot Zuckerberg, pero después de varios años de utilizar tu invento, tengo que decirte que sigo prefiriendo pasar un rato con alguien de carne y hueso, ya que algunas veces soy capaz de abrir de par en par mi alma en presencia de otro, ocasión que aprovecha éste para hacer lo propio, produciéndose el curioso efecto de la desaparición del inexistente tiempo, ocurre que se vuelve innecesario y solo existe un fluir entre dos, la danza más hermosa que conozco.