sábado, 21 de marzo de 2015

¡LA DICHOSA CIENCIA!

Explico en clase durante dos horas el concepto de antígeno: sustancia dañina para el organismo que puede ser una bacteria, un hongo, un virus, un parásito y un sinfin de productos químicos: flolatos, bencenos, insecticidas, pesticidas, plásticos, tinta de impresora, detergentes, jabones, perfumes... que cada vez producen más casos de asma y alergias de todo tipo.
Nos quedamos ellos y yo desolados, con tanto ataque químico. Paso a contarles la existencia de los anticuerpos: proteínas producidas por el sistema inmunitario del cuerpo humano, cuando éste detecta algún tipo de antígeno perjudicial para la salud. Y aunque les hablo a continuación del sistema del complemento que forma parte de la primera línea de defensa, de la función de los macrófagos, la fagocitosis, la inmunidad específica e inespecífica, los linfocitos T y B... siento que he introducido en sus mentes una serie de ideas tan nocivas como los flolatos.
Toca el timbre. Aún queda una hora. Bajo a beber agua. Mientras subo las escaleras de regreso al aula, me digo a mí misma: ahora cuéntales algo que les revitalice, algo que puedan adaptar a sus vidas y haga que todo sea más liviano. Me siento y les comento que hay ideas que pueden considerarse como antígenos mentales: pensamientos obsesivos y dañinos que se instalan en nuestras cabezas y dan vueltas y más vueltas en el interior de nuestro cerebro y les sugiero que hagamos algo, que ensayemos todos una manera muy simple de crear anticuerpos contra ellos. Se trata de cerrar  los ojos y crear en el rostro una sonrisa anténtica (es muy importante que sea auténtica, la falsa se produce en una zona diferente del encéfalo y no es en absoluto beneficiosa), la mantenemos unos segundos, relajamos la cara y de nuevo volvemos a producir una sonrisa auténtica. Repetimos el experimento durante unos minutos, les aseguro que este sencillo ejercicio modifica sus trayectos neuronales. Esta última afirmación no se basa en un experimento científico, y una amiga mía dice que no se puede afirmar nada que no esté demostrado científicamente porque es un fraude.
Teniendo en cuenta que un fraude es una acción que resulta contraria a la verdad y a la rectitud y se comete en prejuicio de otra persona, concluyo que no incurro en fraude alguno y testifico que el ensayo de sonrisa en grupo ha producido el efecto deseado porque estamos todos mucho más contentos.
Alguien me dijo hace tiempo: "Nieves, el día que te caigas del globo en el que te has subido,¡ te vas a pegar una hostia!
Mientras no me caiga, creo que seguiré jugando a hacer "tonterías" no probadas científicamente. Recibo muchas caricias positivas de gente que se siente bien subiendo al globo conmigo. Y si se pincha un día, tal vez caiga sobre un mullido campo de amapolas. Voy a sonreirle a esta posibilidad.

jueves, 19 de marzo de 2015

¿REALIDAD?

Siempre he creído en la magia. No siento nada especial frente a un mago que hace desaparecer edificios, ni ansío que aparezca un espíritu desencarnado, pero sí me entusiasmo ante cierto encanto particular de alguna cosa que parece fuera de la realidad y me saca de ella.
Algo "irreal" en lo que me permito creer: la posibilidad de intervenir en el curso de una enfermedad. El sueño "lúcido" que me instruye durante la noche. Una conversación con un virus que se ha introducido en mi aparato respiratorio. Hacerme amiga del viento y tratar de comprender el sentido de su desaforada fuerza sobre mi cuerpo. Una sonrisa auténtica creada desde la más absoluta desesperanza, capaz de transformar el contenido de mis pensamientos. una innegable felicidad experimentada en un minuto, eterno. Palabras en un libro que revolucionan mi cerebro.
El mal al servicio del bien. La posibilidad de interferir en mi destino. Un amargo recuerdo bendecido por mi propia compasión. Matemáticas, física y música imprimiendo carácter a mi voluntad.
Una pequeña planta que se seca y me pide que no sienta pena. Un universo muy grande y yo muy pequeña, ambos del mismo tamaño. El pasado encogiéndose hasta caber en el interior de mi aceptación incondicional. Una dignidad nueva que sienta mejor que un traje de Armani.
El Amor de lo no manifiesto creando vida. Mi cuerpo, tensionado, mostrándome un camino mucho más sencillo. La sencillez proponiéndome que si quiero, camina conmigo.
Voy a decirle que acepto, he visto que donde ella está, hay alegría.

martes, 3 de marzo de 2015

MÁS VIDA

Se muestra ante mí la Realidad, desnuda, sin argumento. Me dispongo a contarte lo que siento ante este hecho, pero mis palabras tal vez no sean suficientes para expresarme, voy a intentarlo de todos modos, hay una música de fondo que me incita a ello.
No sé muy bien cómo describir la transparencia del vacío.
Mi mente, sin que yo me haya vuelto loca, ya no se conforma con pensar como hacía siempre. Le ha cogido el gusto a deslizarse cuesta abajo, en caída libre, sin que nadie la espere debajo. Destruye conclusiones y certezas, atraviesa evidencias sin detenerse a comprobar las pérdidas, desmonta condicionamientos, desestima gratificaciones inmediatas. La dejo actuar porque así se entretiene. Es temible cuando holgazanea.
Las células que se agregaron para lograr mi apariencia, tal vez mañana se reinventen y formen parte de una diminuta piedra o haya partes de mí en todos los silencios, pero ahora que parezco estar aquí,  aprovecho para estar completamente viva y despierta.





,