martes, 25 de marzo de 2014

Algo estupendo

"Pensar en pequeño" recomienda el escritor Ian McEwan en una de sus novelas. Nos cuenta que cuando pensamos en las cosas grandes, la situación política, el calentamiento de la tierra, la pobreza en el mundo, todo parece horrible, nada mejora, no hay nada que esperar, pero si piensas en lo pequeño, en algo más cercano... es estupendo.
Y pienso yo que pensar en pequeño es estupendo porque la auténtica vida transcurre muy cerca de uno mismo, en lo cotidiano está todo lo que es posible, en cada rostro que observo hay una parte de mí misma que aún desconozco, me gusta pensar que los pájaros nunca dejan de asombrarse de mi existencia, que los árboles, emocionados, tratan de saludarme cuando paso a su lado, que el sol se contenta tanto cuando despierto que brilla durante un instante de otra manera; sé que soy solo un humilde representante del millón setecientas cuarenta y seis mil especies existentes, pero estoy tan rodeada de vida que aunque yo no lo sepa, diez mil tipos distintos de microbios caminan por el interior de mi cuerpo ayudándome a obtener energía o a absorber vitaminas, conviviendo conmigo en armonía mientras yo no distorsione su medio ambiente, viviendo en el miedo.
Soy algo diminuto y eterno al mismo tiempo, y aunque mi parte intangible esté incluida en todo lo que se manifiesta y pueda interferir en tu próximo pensamiento, si elijo pensar en pequeño, si pienso cuánto me gusta ver reír a mis hijos y disfrutar viendo jugar juntos a sus perros, o pìenso en la suerte que tengo de poder llenar de palabras este rectángulo en blanco y que tú las leas, o en el privilegio de poder entrar en clase y contarles a mis alumnos cómo descifrar un sueño, si pienso en todo esto, ocurre entonces que algo que podría definir como cierto estado de contento, camina, vuela o se expande alrededor, dentro y fuera de este cuerpo que manejo, y solo saber esto es estupendo.





martes, 18 de marzo de 2014

Escuchando el Big Bang

Una noticia sorprendente: "Un telescopio capta el primer “eco” del Big Bang. Es una prueba de las épocas mas primitivas que nunca hemos visto. Esto es un Nobel clarísimo - opina Xavier Siemens, un experto español en cosmología".
La noticia en sí no tiene nada de extraordinario teniendo en cuenta que los propios físicos ya nos han contado que el tiempo no existe, por lo tanto que haga 13.800 millones de años de aquella descomunal explosión y que todavía ande el sonido pululando por ahí es algo lógico. Sin embargo, lo que a mí me gustaría es que uno de esos científicos se sentara a mi lado y me preguntara: ¿y tú qué tal?, no es que me haya vuelto egocéntrica (más de lo que ya era, quiero decir, jaja…) sino que hay en mí cierto nivel de hartura por la ciencia sin conciencia, y como decía un sabio: "Antes de la iluminación, sacar agua del pozo, después de la iluminación, sacar agua del pozo."
Puede que alguno de estos científicos no pueda dormir por la inconmensurable emoción del hallazgo pero sea incapaz de estar en paz, sentado a solas, en silencio y sin hacer nada.
Es increíble el poder de la mente humana, pero desde hace algún tiempo no creo en ningún "prodigio" que no provenga de un corazón humilde dispuesto a compartir un hermoso silencio.













viernes, 14 de marzo de 2014

La vida está loca

Descubro que la vida no pesa si no la llevo a cuestas, si no es responsabilidad mía que se comporte de forma adecuada, porque la vida está un poco loca, es impredecible y caótica,
fascinante, singular, inaudita... unas veces relampaguea y otras susurra, yo vivía en superficie, incapaz de captar la babilónica gama de matices con la que se elaboró esta objetividad y protesté ante Dios con insistencia, ¡cómo es posible que esto sea todo!, no recibí respuesta y proseguí con mi queja, entretanto una grieta se abrió en mi terca mente y vislumbré la gloria solo una millonésima de segundo, fue suficiente, ahora sé como dijo Lao Tsé que es mejor no saber que sé, observé la vida por detrás porque de forma repentina ésta se dio la vuelta, después de superar cierto aturdimiento contemplé la manifestación tal como fue creada, ¿desde abajo? ya no sé cómo describir tan insólita experiencia: no hay arriba ni abajo, no hay después ni hubo un antes, danzamos todos juntos, el cosmos, tú y yo, el coreógrafo va improvisando lo que le viene en gana y nosotros brincamos, zapateamos, bullimos y zascandileamos en esta intriga cósmica sin principio ni final, así que si no sabes saltar ni cabriolear más vale que aprendas a divertirte porque te voy a decir algo: esto no parará nunca de moverse.

martes, 11 de marzo de 2014

Soñando que sueño

Esta noche (durante el sueño) estuve dando una conferencia, desperté a eso de las tres de la mañana y recordé parte de la misma, era fantástica, mi inconsciente es mejor conferenciante que yo, suponiendo que seamos dos entes diferentes, y sí que debemos serlo porque este sujeto, a parte de hablar de maravilla, es capaz de ascender en vertical batiendo los brazos, nadar en piscinas que se van creando en el asfalto, o psicoanalizar a los personajes de mi sueño, no hay noche que no me muestre alguno de sus poderes, de hecho yo casi anhelo irme a dormir para disfrutar del espectáculo, y como no estoy segura de cuál de las dos realidades es la auténtica, entro y salgo del sueño con cierta elegancia y a fuerza de interpretar el contenido onírico, ya no sé muy bien quién soy y eso es bueno porque no sufro de esa añoranza que nombra un escritor francés en una de sus novelas: "todos los hombres tienen la enorme nostalgia de aquél tiempo en que la vida aún tenía la elasticidad de lo posible", no creo que lo posible sea simplemente elástico, creo que es más bien inconmensurable, algo que aún no es puede ser tanto como queramos que sea, por eso espero cada noche un soprendente posible, y ya puestos también durante el día, quién me lo va a impedir, dicen los físicos que los límites los ponemos nosotros y yo hace tiempo que percibo una simultaneidad entre finitud e infinitud, ante mis ojos (cerrados para poder ver) se crea un puente entre ambas solo con que yo sea capaz de concebirlo, transito en el camino hacia lo infinito ligera de equipaje, dejo los conceptos en este lado y en el viaje de vuelta traigo una nada amigable que ya no me produce espanto, por lo que concluyo al fin que sí, que el inconsciente y yo debemos ser lo mismo y aprovecho estas líneas para agradecerle su creatividad y su imprudencia, ¡qué sería de mí sin la posibilidad de soñar que todo es posible!

martes, 4 de marzo de 2014

¿Brillas?

Decidí un buen día sentirme bien, con independencia de las circunstancias externas. Lo decidí de nuevo a los cinco munutos porque pasado ese tiempo ya empezaba a resultarme difícil. Volví a tomar tal decisión la siguiente semana y la que vino después; una vez más antes de ayer, y de nuevo hace un momento.
Actualizo tal decisión cada segundo, obviando por supuesto el contenido de mi mente, es increíble la cantidad de desgracias que ésta puede llegar a pronosticar, y cuanto más trato de ignorarla, más empeño pone en mostrarme la "cruda realidad". Aún así, yo sigo a lo mío, he descubierto que cuando me siento bien, brillo.
Me encantó lo que leí acerca de dicha luminosidad:
"Cuando permitimos que nuestra propia luz brille, inconscientemente le damos permiso a la otra gente para que haga lo mismo" (Nelson Mandela)

domingo, 2 de marzo de 2014

El mayor anhelo

Dice un maestro que el anhelo que desde siempre ha albergado el ser humano en su corazón, es sentirse bien por dentro.
En base a este anhelo que conzco bien, le propuse anoche a mi pareja jugar al juego de intercambio de halagos.
Se trata de colocarse uno frente al otro y decir: "Una cosa que me gusta de ti es...", "otra cosa que me gusta de ti es..." cambiando el orden de emisor y receptor, al cabo de un rato.
Escuché y dije muchas cosas bonitas, pero hubo algo que con toda seguridad recordaré siempre. Él me dijo:
"Una cosa que me gusta de ti es todo lo que me cuentas, siempre tengo la sensación de que puede ocurrir algo mágico cuando estás cerca, y podría empezar a caminar a tu lado, atravesar los Pirineos, y continuar avanzando, sabiendo que no dejo nada atrás, que estando tú ya tengo todo lo que necesito."
Una hora antes habíamos estado discutiendo por una tontería.
Hace tiempo que descubrí que el ser humano no tiende a hablar desde el corazón de manera espontánea, suele ser la mente la que orquesta un encuentro.
Un pequeño esfuerzo, una invitación al juego, y le das al otro la oportunidad de rebuscar en el archivo de su memoria y rescatar los sentimientos más elevados que con toda seguridad te brindará si la ocasión es propicia.
Nos da vergüenza compartir sentimientos y sin embargo es una de las experiencias más gratificantes que podemos experimentar en esta vida.
Cuando quieras, jugamos.