lunes, 12 de mayo de 2014

El abrazo de la conciencia

Estás sufriendo un ataque de ansiedad y en cinco minutos tienes que entrar en la Universidad a hacer un examen.
Me llamas y me cuentas que estás a punto de sufrir un infarto o algo parecido, que tienes miedo de entrar al examen y ponerte a gritar, y yo que no dispongo de tiempo para tonterías, paso de rodeos y te digo directamente: "Hay un campo de fuerza que nos mantiene a ti y a mí con vida, así como a toda criatura viviente, esa energía llamada conciencia está a tu servicio no en tu contra, solo tienes que pedirle que acuda en tu ayuda, respira de forma consciente y pausada, enlentece tus movimientos y espera a que esa energía se manifieste como una protectora presencia. Sonríele a ese poder que genera el latido de tu corazón. Acepta su abrazo."
Al cabo de unas horas me escribes un WhatssApp:
-Acabo de salir del examen, estoy agotada pero no me ha dado ningún infarto. Le he pedido por favor a la conciencia que me acompañara y he conseguido tranquilizarme. No he gritado ni nada parecido, jaja...
Muchas gracias por estar ahí.
-Gracias a ti por comprender y actuar con inteligencia.

Ya no hay tiempo para ser la que debería ser.
Soy la que soy.
He colocado un buda en el jardín para que nunca se me olvide que en mi mundo interno hay una paz inconmensurable que puede ser compartida con todo aquél que anhele sentirse bien por dentro.