domingo, 10 de julio de 2016

INSATISFECHA MENTE

Aprovecho para escribir este día en el que convivir conmigo me parece un asunto sencillo.
Ayer mi mente se empeñaba en despeñarme mundo abajo, hoy dice ser mi amiga.Yo sé que no es cierto. Durante años la he llenado de datos interesantes esperando su complacencia, pero no he recibido ni un ápice de agradecimiento. La puse a meditar cuatro horas al día y ella siguió sintiéndose insatisfecha. Aprendimos juntas idiomas. Le conseguí establecer relación con personas inteligentes. La llevé de viaje por el mundo. Le permití dormir ocho horas. Acepté que dirigiera mi vida. Nunca encontró sosiego.
Se empeña en indagar en la tristeza, ¡qué pesada se pone con el psicoanálisis!, también se cuestiona un cambio de vida cada dos semanas, ¡cómo si fuera un asunto fácil! Aunque lo hiciera, sé que seguiría proponiéndose horizontes lejanos.
Pienso seriamente en desembarazarme de ella. Aún no sé muy bien cómo hacerlo. Algunos ensayan con psicofármacos. Otros con cerveza.
Si se da cuenta de lo que estoy tramando es capaz de llenarse de oscuros pensamientos, sabe muy bien que de ese modo me debilita. Es increíble que tenga a mi peor enemigo dentro del cráneo.
Hiperactiva y algo bipolar, me hace proposiciones deshonestas y al rato me insinúa que me dedique a la vida contemplativa. Ambiciona, proyecta, pretende, desea... me agota.
Se coloca delante y me impide ver lo que hay detrás. Tan cerca de mí que me asfixia.
Voy a ver si consigo puentearla. Que me ayude en las actividades básicas y ya está. De lo demás ya me encargo yo.
Pero..., ¿quién soy yo? Sin ella tendría que encontrarme a mí.
Salgo inmediatamente a buscarme.