miércoles, 26 de abril de 2017

AMADAS FIERAS

Saco a pasear a Yoko- la perrita de mi hija- que está conmigo mientras ella trabaja (o sea, todo el día). Entro en un recinto cerrado que hay cerca de casa, la suelto y antes de que yo pueda reaccionar veo que vienen corriendo hacia nosotras tres enormes especímenes que no tengo el placer de conocer. Como ya no tengo la oportunidad de volver a sujetarla y salir huyendo, no me queda más remedio que aceptar nuestro destino. Esta criatura que considera amigo a todo ser de dos o cuatro patas (mientras no le demuestren lo contrario) se pone a olisquear a las tres "fieras" para salir a continuación  corriendo detrás de ellos como alma que lleva el diablo, mientras yo, cosa increíble, consigo relajarme. Hace unos años hubiera muerto de un infarto, pero cuidar de una perrita Pitbull es lo que tiene. Ella, todo bondad, me ha enseñado a confiar. Su nobleza es nuestra carta de presentación. La veo jugar controlando su fuerza, mordisqueando, sin clavar unos dientes que si los miras de cerca te dejan sin aliento. En otras ocasiones, si el perro es pequeño, al jugar, salta por encima casi a cámara lenta.
Este tierno animal apoya su cabeza sobre mis piernas cuando duermo la siesta. Te enamora, aunque no quieras.
Debería ir con bozal, pertenece a una raza muy peligrosa, pero como este ejemplar en particular solo ha recibido cariño desde que nació, resulta que es un ser sencillamente adorable.




jueves, 20 de abril de 2017

Enamorarse de una vez...

Mientras mi mente procesa la información que recibe, deposita las impresiones, decide, juzga, discrimina y cree saber...Mientras, gracias a ella, mi cuerpo continúa su labor de homeostasis tratando de recuperar el equilibrio dinámico mediante una red de sistemas de control, por medio de sensores, integradores, puntos de ajuste, efectores, retroalimentación positiva, retroalimentación negativa... Yo voy a ver si me enamoro. Esta vez de mí.
¿Mí?... ¿qué es mí? Para poder conocerlo he de adentrarme en algo ignorado.
Enamorarse es eso: pasión por descubrir lo desconocido.
Me introduzco en lo que no creo ser y descubro que soy y eres ese campo vibrante en el que suceden  las cosas; pequeñas y grandes. Incluídos Nieves Mesón y tú. Allí solo hay vibración, vivacidad y asombro. ¡Y no hay niños ni mascotas! entonces, ¿cómo puede ser?... no es conocido, ¿recuerdas?, ¿estás tratando de entenderlo o imaginarlo?, bueno, déjalo para otro día, de verdad, no te molestes, la mente no conoce esa frecuencia, no la utilices para esto. Para enamorarte no puedes utilizar la mente.
No creas saber porque no sabes. No recuerdes. No compares.
¿Cómo se es vivacidad? Lo supiste, solo tienes que olvidar todo lo demás.
Volver a ser VIVACIDAD... vamos, vamos... lo estás deseando.




domingo, 16 de abril de 2017

Libre

Pensé en la posibilidad de ser libre. ¿Por qué no?, ¿quién poseía esta cualidad para que pudiera servirme de modelo?: Nadie. ("Lo que es libre no está contenido en el interior de una persona")
Bueno, no me quedaba más remedio que aceptar dejar de ser yo. ¿Estaba segura de lo que estaba pidiendo? Me paré a considerar ese asunto con detenimiento y descubrí que enfermé para poder salir. De mí.
Demasiadas pretensiones, demasiadas contradiciones, ¿cómo desintonizar de mi propia frecuencia?
Sin moverse, se acercaron los árboles. Me rodearon las plantas, de repente. Y estas criaturas-con capacidades sensoriales mucho más sofisticadas que cualquiera de los seres vivos del planeta, cuya forma de inteligencia se asemeja a sistemas como internet-comenzaron a detectar mis campos eléctricos y magnéticos: mi ansiedad, mi desánimo... a sentir también mis gradientes químicos: el esfuerzo de mis tejidos por recuperar la coherencia...comencé yo a detectarlos a ellos- el mundo es más rico cuanto más impalpable se hace- y sin afán de protagonismo me fueron desvelando la estructura de la Presencia silenciosa... Sí, han sido ellos... les debo la vida.
¿Os enseño yo a reír? ¡Mi risa es tan verdad!

 








jueves, 13 de abril de 2017

Celebrando la vida

¿Qué me hace falta para ser completamente feliz?: no estar presente cuando se produce tal acontecimiento.
Atónita voy descubriendo que solo soy el verbo ser y que cuando estoy siendo y dejo de huir de la "seidad" que me rodea, soy tan inmensamente grande que mi mente, que de ningún modo me abarca, se repliega. Y es sin ella que yo puedo ser.
Lo simultáneo a mí (no experimentable) aumenta de tamaño- sin ocupar ningún espacio- y enmudezco. Inimaginable y espléndido.
Me miro al espejo y me complazco en constatar el engaño: creí ser un cuerpo separado en busca de consuelo. ¿Qué soy en realidad? No necesito conocer esa respuesta.
Me abrazas y me quedo.Tan cerca que me convierto en ti.



martes, 4 de abril de 2017

DESCONOCIDA VIDA

Me disponen a estar completamente viva.
Mi cuerpo, haciendo juego con un "YA BASTA", decidió alterar ciertos componentes naturales para liberarme de la prisión de tener que ser alguien con la necesidad de ser algo.
El "alguien" que soy abarca demasiadas facetas como para ser aceptado en un mundo de reglas anti-miedo.
El algo que necesito ser no es definible, es un universo de ideas luminosas que caen una tras otra en una dimensión que desconozco y admiro.
No esperes que diga lo que quieres oír. Esas palabras irritan mi garganta. Sabes muy bien que lo que esperas de mí es otra cosa.
La vida me ha empujado hasta el fondo de la "no verdad"( he tenido que atravesarla entera) y como consecuencia de dicha travesía y ya sin miopía, te cuento que si aún no haces lo que verdaderamente amas, estás condenado a morir en vida.

lunes, 3 de abril de 2017

Gentil asombro

Le pedí a la vida ser libre. Ella decidió, después de meditar un rato, concederme tal deseo.
Empezó por eliminar de mi espacio vital todo aquello que me impedía disfrutar de una libertad que, según ella, ya poseía.

Me quitó de sopetón la salud, mi mayor apego. Con ella se fueron, uno detrás de otro, los afanes.
Me quedé suspendida en un espacio en blanco que no sabía con qué rellenar (el miedo se ofreció enseguida para introducirse en el vacío, pero decliné su ofrecimiento). Fue tal mi aturdimiento que sin capacidad para actuar fui dejando que la mismísima vida se encargara de mi modus vivendi, mientras mi conciencia iba recuperando su tamaño natural, que resultó ser infinito.
Ya no soy yo. Le he dado tanto poder a la vida que se ha adueñado de todo lo que poseía, incluída mi identidad. Lo bueno es que no hay nadie que eche de menos nada.
¡Ay, Nieves!, palabras y más palabras...
¡Qué va! yo ya no escribo nada. Te lo cuento por si te interesa dejar de leer todo esto. La vida tiene una manera algo peculiar de expresarse, puede producir cierto desconcierto.
A mí me ha dejado, eso sí, la capacidad de asombro. Y eso es lo que tengo ahora entre manos: un gentil asombro permanente.
Pudiera parecer poco, pero es del tamaño de todos tus anhelos.