viernes, 14 de marzo de 2014

La vida está loca

Descubro que la vida no pesa si no la llevo a cuestas, si no es responsabilidad mía que se comporte de forma adecuada, porque la vida está un poco loca, es impredecible y caótica,
fascinante, singular, inaudita... unas veces relampaguea y otras susurra, yo vivía en superficie, incapaz de captar la babilónica gama de matices con la que se elaboró esta objetividad y protesté ante Dios con insistencia, ¡cómo es posible que esto sea todo!, no recibí respuesta y proseguí con mi queja, entretanto una grieta se abrió en mi terca mente y vislumbré la gloria solo una millonésima de segundo, fue suficiente, ahora sé como dijo Lao Tsé que es mejor no saber que sé, observé la vida por detrás porque de forma repentina ésta se dio la vuelta, después de superar cierto aturdimiento contemplé la manifestación tal como fue creada, ¿desde abajo? ya no sé cómo describir tan insólita experiencia: no hay arriba ni abajo, no hay después ni hubo un antes, danzamos todos juntos, el cosmos, tú y yo, el coreógrafo va improvisando lo que le viene en gana y nosotros brincamos, zapateamos, bullimos y zascandileamos en esta intriga cósmica sin principio ni final, así que si no sabes saltar ni cabriolear más vale que aprendas a divertirte porque te voy a decir algo: esto no parará nunca de moverse.