viernes, 22 de enero de 2016

¡SERIEDAD, PARA QUÉ TE QUIERO!

Me he cansado de que practicamente todo sea importante.
Ir a nadar una de estas mañanas figuraba como actividad prioritaria en mi agenda, pero prefería no hacerlo y dedicarme, por ejemplo, a escribir en uno de estos rectángulos del blog.
Cogí dos papeles. En uno escribi: "voy a nadar". En el otro: "no voy a nadar". Los tiré al aire y escogí el que cayó más cerca. Era el segundo. ¡Bieeeeennnn!!!!
No fui.
Quiero romper las reglas que yo misma me impuse.
Relativizarlo todo. Que vivir sea divertido.
Voy a recuperar el trozo de cerebro que utilizaba cuando sabía no pensar.
Ese fragmento en el que las ideas que surgen no le parecen bien a nadie. No es por llevar la contraria, es por ser libre.
Volver a gustarme a mí misma. Y que ese mí misma lo abarque todo. No es por egoísmo, es por ser libre.
Que nadie vuelva a influir en mis decisiones. No es por orgullo, es por ser libre.
Dice un filósofo cuyo nombre no recuerdo porque me da igual: "Imagina por un instante que el mundo acaba de aparecer contigo dentro y que toda la historia de la humanidad nunca ocurrió"
Decido creer que es así.
Concluyo que esta mañana cuando desperté, se creó el mundo.
Me voy encontrando con gente que acaba de ser inventada. A algunos creo conocerlos desde hace mucho tiempo. Ahora sé que es una simple idea, como cualquier otra.
Creo tener un futuro, pero lógicamente no puedo saber lo que es.
El pasado nunca existió, es solo un truco de mi mente.
Este ahora está sin estrenar. ¿No es fantástico?
Soy profesora. ¿Qué voy a enseñar si no sé nada?
¿Les cuento a mis alumnos que acaban de ser creados?
Entro a clase en diez minutos.
Voy a hacerlo, a ver qué pasa.

Lo hice.
Después de hablar, les pregunté inmediatamente cómo se sentían:
"Siento paz. Lo anterior no afecta. Me siento liberada"
"Estamos limpios ahora"
"Nuestras vidas son blancas"
"Siento miedo a no encontrarle sentido a todo esto"
"Cada día es nuevo. Si suspendo un examen no importa, ya lo aprobaré"
"Estoy flotando, sin ideas"...

Fue fascinante verlos salir de lo predecible.









viernes, 8 de enero de 2016

La felicidad

He renunciado a cierto tipo de actividades que consumían gran parte de mi tiempo para dedicarme, no a ser feliz porque eso no existe, pero sí a contactar con la felicidad.
La felicidad está. Lo difícil es descubrir la frecuencia en la que existe.
Si es algo efímero, no es.
Si al buscarla la encuentras, tampoco es.
Si te la ofrece el mundo, se va a esconder.
No es sentimiento ni emoción.
No hay nadie feliz, pero ella ES.
Con los ojos cerrados, si aparece, ilumina tu frente.
Con ellos abiertos, si se manifiesta, te convierte en sabio sin necesidad de utilizar ni un solo pensamiento.
Si surge en medio de una conversación es que desapareciste para fundirte en el otro.
La mente cree concebirla. Se esfuerza en vano por alcanzarla.
Ella no habita en el cerebro humano.
Fue creada sin causa al mismo tiempo que tu libertad.
Te está mirando ahora.
Conocerla es algo así como colisionar todo lo vivo en este instante y que eso sea absolutamente suficiente.