miércoles, 14 de enero de 2015

EL CORAZÓN

Mientras escribo estas líneas, mis alumnos se examinan del sistema circulatorio. Aunque aprueben seguirán sabiendo muy poco acerca del corazón.
Yo tardé más de cuarenta años en descubrir que al lado del órgano central del aparato circulatorio formado por dos aurículas y dos ventrículos que danza a golpes de sístole y diástole, existía un foco de energía potencial, que era más bien un remolino, un torbellino, el centro de un ciclón.
Puede girar a toda velocidad alterando la respiración, el metabolismo y las ondas cerebrales, provocando un súbito enamoramiento o el comienzo de un intenso proceso creativo, pero también puede permanecer inactivo provocando un estado de apatía o indolencia:

-Llevo un tiempo decaída, como desmotivada, sin una relación que me produzca pasión... Me aburre la vida, trato de poner la atención en mí, en lo que tengo que aprender de esta situación, pero no encuentro respuestas...
-¿Sin pasión no hay vida? Eres la creadora del amor, busca en la Fuente. Sonríe con los ojos cerrados, hasta que recuperes tu identidad. En tu vida solo existe lo que has creado. Crea de nuevo. Tu mente te impide contactar con tu corazón, pero éste siempre está alegre, no conoce el significado de la palabra tristeza. No escuches a tu mente, baila aunque ella te invite a penar.

Mis alumnos escriben acerca de las válvulas cardiacas y el miocardio. Aún no les he explicado que su verdadero corazón es asombrosamente feliz. Mañana, sin falta, se lo cuento.