martes, 28 de noviembre de 2017

¿Quién eres?

Cada día en internet se observan vídeos de gatos, de perros, de bailarines, de cómo hacer moños, tartas y adornos, fotos de viajes, frases de maestros, quejas, lamentos, paisajes, bodas, grandes ideas, famosos casados, premiados, divorciados... todo se bate con las emociones, se mezcla, se gasta, va cayendo en la nada y comienza de nuevo.
Y yo que necesito algo más, aprovechando que te tengo delante te pregunto: ¿por qué estás tan triste?, ¿por qué has vuelto a tomar antibióticos?, ¿por qué estás tan enfadado?, ¿por qué tienes insomnio?... Siempre tengo una pregunta y tú a veces si tengo suerte me regalas una respuesta verdadera.
Solo así sé quién eres. No me bastan las fotos de tu verano en la playa o de tu mascota. No te conozco por mucho que te prodigues en comentarios sobre política o arte. Necesito saber qué es lo que sientes mientras el mundo te entretiene. No me cuentes lo que hiciste ayer, dime qué te emocionó o por qué hubieras llorado. Solo así sé quién eres.





lunes, 20 de noviembre de 2017

SOLO EN COMPAÑÍA

Hice un curso de buceo hace unos años. Mi profesor era un atractivo rubio de algo más de cuarenta años, metro ochenta y cinco, engreído y amante de sus propios monólogos. Yo siempre he sido una gran escuchadora. Un día, en una reunión en la que el azar me situó a su lado, según me relataba una vez más un sinfin de anécdotas de su envidiable vida, me quedé mirándole, e interrumpiendo su cháchara, exclamé: "tú y yo nunca podríamos ser amigos". Él, muy sorprendido de que yo tuviera algún tipo de opinión creo que no esperaba que de mi boca saliera sonido alguno me preguntó: ¿Por qué dices eso? Buenoañadí yote conozco bastante bien después de estos meses, tengo muchos datos acerca de tu familia, tu trabajo, tus hobbies preferidos, tus proyectos... pero tú no sabes absolutamente nada de mí. En tu presencia me siento completamente sola.
Lo que ocurrió a continuación fue sorprendente: se puso a llorar. Y de nuevo se explayó en un relato, esta vez se trataba de su infancia y adolescencia; me habló de un padre que nunca le prestó atención, de sus denodados esfuerzos por lograr su aprecio, sentí compasión y volví a quedarme sola. Le interrumpí otra vez y le dije que tenía que irme, él se calló y preguntó de sopetón: bueno, y tú ¿qué me cuentas? No llegué a utilizar mi turno de palabra. Hubiera seguido estando sola.
Fue un gran día, en realidad. Me permitió percibir de qué está hecha la desapacible soledad en compañía.

Características del mónologo: "El monólogo atiende de manera limitada al discurso mismo. El personaje no se dirige a un interlocutor material sino que habla o piensa para sí mismo".

(Unos meses antes, la noche anterior a la inmersión en el mar, este profesor salió de copas hasta la madrugada, bebió demasiado y al día siguiente nos dejó, a los alumnos, un poco abandonados a 20 metros de profundidad; su cuerpo estaba presente pero su "esencia" no le acompañaba).


Hay gente que no te ve, que no te siente. Su existencia es tan perfecta como la de cualquier ser viviente pero yo, gran oreja conciliadora hasta ese día, comprendí que prefiero sin duda el aprecio que me tiene el silencio.
Un pintor amigo mío me decía el otro día: "Cuando entro en una galería y veo que el artista es bueno, que lo que ha tratado de expresar es auténtico, en ese momento sé que él es verdad, hablamos el mismo idioma y es increíble, es como si regresara a casa".

Cuando tú y yo nos comunicamos, regreso a casa.











martes, 14 de noviembre de 2017

Volar

Diálogo entre una joven embarazada y un interesante, atractivo y locuaz anciano:
¿Cómo es que estás sola?, ¿dónde está el padre del niño?
No estoy con él, no estoy enamorada y he decidido seguir adelante con el embarazo yo sola.
Tu decisión es muy respetable pero debes tener en cuenta que el enamoramiento es algo pasajero, el amor es otra cosa.
He pensado mucho en ello y lo que ocurre es que no imagino mi vida a su lado, pero es verdad que sigo sin saber qué significa amar o ser amado por alguien. ¿Usted quiso a su mujer?
Sí.
¿Por qué puede estar seguro de que la quiso?
A lo que el anciano respondió: "Porque ella a veces me hacía volar".

Y porque amo volar, te lo cuento.
Volar es pensar y pesar nada. Es vencer la fuerza de la gravedad, ese empuje gravitatorio que según Einstein es una ilusión, solo un efecto de la geometría; porque es la tierra la que deforma el espacio-tiempo de nuestro entornodecía este hombrey ese espacio nos empuja hacia el suelo.
No entiendo nada y eso es bueno porque mi mente nunca va a participar del ascenso y es que yo a veces, como el anciano que supo volar, me dispongo a revolotear en presencia de aquél a quién le permito amarme, mientras aniquilo esa parte de las matemáticas, esa geometría euclídea, elíptica, esférica, finita, hiperbólica... o como quieran denominarla, y sin saber cómo deformo de otra manera el espacio-tiempo provocando que ese espacio me empuje ahora hacia arriba propiciando el despegue, y una vez no estando aquí abajo soportando la carga de mi persona solo hay ligereza.
Y porque amo volar, te lo cuento.